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La tristeza es una emoción que nos asalta cuando perdemos a alguien a quien queremos o cuando la realidad no es cómo nos gustaría. De repente, sentimos un dolor en el pecho, el ánimo se nos viene abajo, nos quedamos sin fuerza y nos entran ganas de llorar...
¿Para qué sirve estar triste? ¿Es bueno o malo llorar? La respuesta es que la tristeza es una emoción desagradable, pero muy necesaria para curar las heridas del corazón. Por eso es importante saber identificarla y sentirla para, a continuación, expresarla y darle rienda suelta adecuadamente, ya que, de lo contrario, podemos quedar anclados en el dolor y caer en depresión o somatizarla en forma de enfermedades físicas.
Estas son las claves para identificar y sentir la tristeza de forma sana:
-No confundas tristeza con ira o cólera. Reconocer que estamos tristes y permitir que salga ese sentimiento de forma natural es imprescindible para sacar hacia fuera el dolor y así recuperar el estado de ánimo. Si tu tristeza se convierte en ira, es muy posible que te hagas daño a ti mismo o dañes a los demás.
-Llora lo que sea necesario. El llanto es tan natural y útil como la risa. ¿Por qué cuando estamos alegres la risa es la consecuencia normal y, sin embargo, cuando estamos tristes tendemos a reprimir las lágrimas? Debemos olvidar la educación que nos dieron de niños, esa especie de prejuicio acerca de que llorar sinónimo de debilidad. El llanto es una reacción fisiológica que cumple la función de descargar todo el peso de nuestra pena. Si no lloramos, el dolor se quedará bloqueado y saldrá más adelante en forma de dolencias somáticas o trastornos psicológicos.
-Habla y expresa lo que sientes. Es importante desahogarse con personas de confianza que nos sepan escuchar y nos apoyen, sin presionarnos, culpabilizarnos o decirnos eso de “olvídate” o “no pasa nada”. En muchos casos, lo más conveniente es acudir a un psicólogo, porque te ayudará a encontrar la salida de manera rápida y eficaz.
-Mira al futuro con esperanza. Como dice un proverbio chino: No puedes evitar que el pájaro de la tristeza vuele sobre tu cabeza, pero sí puedes evitar que anide en tu cabellera. Recuerda que nada es eterno y la tristeza tampoco. Sé consciente de que vendrán tiempos mejores y acepta con naturalidad que en la vida, igual que hay alegrías, hay penas. Ten siempre presente que tras la oscura noche del alma, como llamaba San Juan de la Cruz a esos malos momentos, amanecen días claros que nos harán crecer más fuertes y felices.