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¿Por qué es importante aprender a perdonar a quienes nos han hecho daño? Porque el rencor es un sentimiento basura. Igual que cuando tenemos la bolsa de basura llena la bajamos al contenedor, si hablamos de nuestro espacio emocional, también hay que hacer limpieza periódicamente de los residuos que nos ensucian la mente y el corazón y eliminarlos para poder seguir adelante libremente y felices.
No se trata de no darle importancia a aquello que nos ha ofendido o de quitarle la responsabilidad a quien nos lastimó, se trata de asumirlo como parte de la vida, pero sin quedarse anclado en el resentimiento. ¿Cómo hacerlo?:
-Sé consciente de que si alimentas tu rencor hacia alguien, no solo te hizo daño en ese momento puntual sino que te lo sigue haciendo cada vez que lo traes a tu memoria. Si sigues recordando y alimentando el mal que te hicieron, te mantendrás unido a esa persona y te harás más daño a ti mismo que a él.
-Escribe en un papel todo lo ocurrido: cómo te sentiste y todas las ideas que vinieron a tu cabeza. Desahógate por medio de la escritura, que es una técnica muy terapéutica. Te sentirás mucho mejor. Luego quema ese papel como una especie de ritual que cura las heridas.
-Sopesa los pros y contras de retomar la relación. Si quien te dañó es alguien a quien quieres y de verdad se muestra arrepentido, no pierdas a esa persona por orgullo. Perdonar es uno de los gestos más sublimes de la condición humana. Si no se arrepintió, ignóralo, bórralo de tu cabeza porque no merece estar en tu vida.
-Nada justifica que te lastimen, pero tratar de comprender a quien te hizo daño es una forma de obtener respuestas. Normalmente quien ofende a los demás, tiene en su interior conflictos que le hacen sufrir tanto que necesita extenderlo a otros como la piedra que cae al lago y crea un mar de ondas concéntricas.
-Extrae la lección para que no te vuelva a ocurrir. Nada te hará más fuerte que caer y volver a levantarte con los golpes superados y la lección aprendida.
-Lee el libro El hombre en busca de sentido, de Victor Frankl. Este psiquiatra austriaco que sobrevivió a los campos de concentración nazi es todo un ejemplo para superar el rencor.